¿Cómo darnos un automasaje en las manos?

Hemos oído hablar muchas veces, o incluso experimentado, de la reflexología podal como terapia basada en las zonas reflejas del cuerpo y su manipulación mediante masaje y presiones. Pero también existe un reflejo de zonas y dolencias en las manos; por lo tanto, un masaje, aunque sea sin tener conocimiento de esa reflexología, beneficia nuestras manos y además otras zonas del cuerpo.

Las manos son la parte más versátil de nuestro cuerpo y uno de los puntos más sensibles al tacto.

Con ellas realizamos diariamente múltiples tareas, gestos y movimientos repetitivos en los que están implicados muchos músculos, tendones y articulaciones.

Por tanto, masajearlas unos minutos puede ayudar a eliminar tensiones y favorecer su resistencia y movilidad, así como a prevenir la aparición de algunos problemas, desde tendinitis a dolencias reumáticas.

Además de las zonas reflejas, en ellas se concentran miles de terminaciones nerviosas y canales energéticos que las conectan con otros órganos y sistemas del cuerpo. Por ello, estimular puntos concretos es una forma sencilla de potenciar la salud general.

Ejercicios fáciles

Flexión y extensión: Cerrar las manos haciendo un puño y luego abrirlas muy lentamente, lo máximo que se pueda.

Movimientos circulares: Con un puño cerrado, trabajar mediante movimientos circulares para flexibilizar los músculos, los tendones y las articulaciones.

Estirar los dedos: Colocar el pulgar en la base del dedo meñique de la mano contraria y, presionando suavemente, estirarlo hacia atrás. Hacer lo mismo con todos los dedos de ambas manos.

Frotación: Frotar suavemente las dos manos unos segundos, como se hace al lavarlas, e ir aumentando la fuerza de frotación. Finalmente agitarlas con energía, concentrando la atención en la sensibilidad de los dedos.

Masajeo: Con una crema o aceite, a los que se les puede añadir unas gotas de árnica, o una crema específica reparadora, masajear cada centímetro de ambas manos con la yema de los dedos pulgares, primero de una mano y luego de la otra. Podemos variar la presión y la velocidad y entretenernos en puntos donde exista más tensión o incluso dolor.

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