Aspartamo ¿si o no?

Debido a la “Obsesión” por la dieta, la popularidad del aspartamo ha aumentado. Éste es unas 200 veces más dulce que el azúcar, luego se requiere menor cantidad para endulzar alimentos. Fue descubierto en 1965 por una farmacéutica.

Se elabora combinando dos aminoácidos; el ácido aspártico y la fenilalanina junto con una dosis de metanol.

Corresponde al E-951. El aspartamo ha sido declarado apto para el consumo de toda la población, incluidos los diabéticos, las mujeres embarazadas, en período de lactancia y los niños, en más de 90 países, y por organismos de control como el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios o la FDA (Administración estadounidense de Alimentos y Medicamentos). Aún así, han surgido numerosas controversias  a su alrededor.

La aprobación de la FDA del aspartamo fue controvertida, con críticos que alegaban que la calidad de la investigación inicial que avalaba su seguridad era inadecuada y errónea, y que conflictos de interés pusieron de manifiesto las presiones políticas que llevaron a la aprobación del aspartamo.

Se encuentra en:

  • Caramelos mentolados.
  • Cereales y derivados.
  • Té, café, infusiones preparadas o instantáneas.
  • Desayunos instantáneos.
  • Edulcorante de mesa.
  • Algunos fármacos sin receta.
  • Gaseosas, bebidas carbónicas, refrescos, etcétera.
  • Gelatinas.
  • Zumos o jugos.
  • Postres congelados.

¿Quién no puede consumirlo?

Aquellas personas que padecen fenilcetonuria, es una enfermedad hereditaria en la que tienen que controlar el consumo de fenilalanina tanto en el aspartamo como en otros complementos y alimentos.

Composición

El aspartamo se compone de 10% Ester Metanol, 40% Ac. Aspártico y 50% fenilalanina.

La fenilalanina si se ingiere en grandes cantidades no es capaz el organismo de convertir todo a tirosina y se descompone en un agente tóxico que puede llegar a provocar tumores ya que agota la serotonina cerebral, cambiando los niveles de dopamina y agravando el parkinson.

El metanol es venenoso incluso en cantidades relativamente pequeñas, se ha relacionado con alteraciones como ceguera, inflamación del páncreas y músculo cardíaco, y tumefacción del cerebro.  Los síntomas son: náuseas, alteración de la visión, diarrea, trastornos del sueño, pérdida de memoria y confusión. Aunque autoridades sanitarias han afirmado que el metanol que entra en contacto con el organismo a través del consumo del aspartamo (dependiendo de la cantidad de aspartamo que consuma cada persona) no constituye una cantidad suficiente para causar problemas de toxicidad”, pues se desconoce el efecto acumulativo de este edulcorante.

Podemos ver en conclusión, que estas alteraciones relacionadas dependen de la cantidad de aspartamo que se ingiera.

Curiosidad

Durante el año 2010, dos investigaciones dirigidas por Sofritti (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20886530) y por Halldorsson, respectivamente, llegaron de nuevo a la conclusión de que el aspartamo era un agente cancerígeno. La EFSA volvió a evaluar estas investigaciones, concluyendo que no hay una relación causal entre el aspartamo y el cáncer (además alega que el diseño experimental no fue todo lo bueno que debiera).

La ingesta diaria admisible (IDA)  es de 40 mg/kg peso corporal por día, lo que supone una ingestión de 2800 mg/día en una persona de 70 kg de peso. Es decir, una persona de 70 kg de peso podría tomar casi 3 g de aspartamo al día durante todos los días de tu vida, cantidad que es muy elevada, porque recordemos que el poder endulzante del aspartamo es muy grande.  Además descartó reconsiderar las evaluaciones de los edulcorantes que ya fueron declarados como seguros y por ello autorizados en la Unión Europea; en esta ocasión tampoco se tuvieron en cuenta los estudios que manifiestan la peligrosidad del aspartamo.

En junio de 2011, el Instituto Ramazzini emitió un comunicado en su web en el que se informa que, debido a los resultados obtenidos en sus investigaciones, algunos científicos del Instituto fueron recibidos por varios parlamentarios europeos. Éstos han conseguido que la Comisión Europea haya solicitado a la EFSA que comience un nuevo proceso de reevaluación de este compuesto que comenzaría este año pasado.

La repetición de las evaluaciones ya indica que existe un desfase entre las decisiones formales de la FDA y la EFSA y la realidad diaria de desaparición de síntomas de algunas enfermedades graves mal diagnosticadas en cuanto se abandona el consumo del aspartamo.

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