Descansar los sentidos para relajarnos.

Nuestros sentidos están en constante estimulación, recogiendo información que luego nuestro cerebro procesa. Por lo tanto, darles un respiro y la oportunidad de descansar va a ayudar a nuestra relajación general.

Los sentidos captan las energías de nuestro medio ambiente y es un trabajo que no cesa: la luz con la vista, el sonido con el oído, el sabor de los alimentos con el gusto, las texturas con el tacto y los olores de diverso tipo con el olfato.

Estas son unas pautas sencillas para parar un poco esa frenética actividad:

Para descansar la vista es aconsejable utilizar al mínimo la luz artificial y empaparse de oscuridad, de la luz de una vela, la luna o las estrellas. Durante el día, es importante apartar la vista del ordenador, la televisión o lo que la mantenga fija durante mucho tiempo y mirar por una ventana, cuanta más distancia haya hacia lo que podamos mirar, mejor, eso tonifica todos los músculos de los ojos. Otros ejercicios para descansar la vista los puedes encontrar en este post.

El reposo auditivo se consigue básicamente con el silencio. El ruido dispara el miedo, la angustia y el estrés, mientras que el silencio los apacigua. Sin él cuesta más salir de situaciones o épocas estresantes, aunque se hagan otro tipo de tratamientos. Mi truco, algo que me encanta, es cuando voy a la playa o la piscina, sumerjo la cabeza en el agua y me hago consciente del silencio que hay. Unos segundos bastan para relajar el cerebro.

Para descansar el gusto se deben volver a las comidas sencillas, carentes de saborizantes y otros aditivos artificiales. La saturación de comida puede hacer perder el gusto por la comida sana.

Para hallar el reposo táctil conviene librarse de tejidos sintéticos, pendientes, anillos, etc. Hay que exponer la piel al aire, al sol, a la tierra, el agua, la piel de los animales y de otros seres humanos.

Es vital tomar conciencia en cada momento del día para alternar la actividad fuerte con el descanso. Debería ser lo natural y es lo que se nos da de forma innata. Si respetamos esos ciclos todo funciona mejor y tenemos más fuerza para toda esa actividad.

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