¿Es lo mismo lo que comemos que lo que absorbemos?

Cada organismo tiene unas necesidades diferentes que hay que cubrir y si no se llegan habrá una carencia y por ello unas alteraciones y si nos sobrepasamos el cuerpo está preparado para no desechar nada y lo acumulara, lo cual a largo plazo provocará otras alteraciones.

Actualmente comemos como si hoy fuera nuestro último día y la vida que llevamos es mucho más sedentaria.

No solo tenemos que valorar lo que comemos si no, si todo aquello que comemos es absorbido para la utilización del organismo.

Pues existen muchas causas que pueden reducir o disminuir la absorción de nutrientes:

  • Alcohol, tabaco, drogas, etc.
  • Alteraciones en el intestino: mucosa, microvellosidades, alteración de bacterias beneficiosas
  • Mucho consumo de alimentos acidificantes.
  • Alimentos refinados que “roban” minerales para su digestión.
  • Medicamentos que provocan alteraciones o desequilibrios en todo el proceso digestivo.
  • Proteínas concentradas en exceso como carnes rojas, embutidos, huevos…
  • Excesivo consumo de aditivos alimentarios que se encuentran especialmente en alimentos procesados.
  • Mala masticación de los alimentos.

Con todo esto las toxinas se van acumulando y la función de los órganos y aparatos de eliminación se colapsan como intestino, riñón, hígado, aparato circulatorio, pulmón, etc. Esto lleva a una sobrecarga y a un mal proceso digestivo.

Pues puede darse el caso de que:

  • La saliva cambie de Ph y por ello la amilasa (enzima que digiere hidratos de carbono no realiza la función completa) no haga correctamente su función.
  • Comienza a haber acidez en el estómago y la digestión de las proteínas tampoco se realiza adecuadamente.
  • El hígado esté cargado y no fabrica bien la bilis y por ello no digiere la grasa en ácidos grasos en el intestino.
  • La mucosa del intestino no está bien y no hay una buena permeabilidad para que traspasen los nutrientes al torrente sanguíneo o traspasan demasiados.
  • Se ha extirpado la vesícula y la cantidad de bilis secretada al intestino delgado no es la suficiente.
  • No hay suficientes bacterias saprofitas en el intestino y no forman bien las heces ni generan nutrientes necesarios que luego se absorben.
  • Hay estreñimiento y las heces permanecen más tiempo del debido en el intestino grueso y se comienza a absorber sustancias tóxicas lo cual comienza un bucle.

Por ello hay que llevar la alimentación lo más sana, limpia y equilibrada posible para evitar que haya posibles alteraciones en funciones del organismo y evitar así acumulaciones de toxinas que colapsan el funcionamiento de los órganos. Así nos aseguraremos que aquellos nutrientes que aportamos con la alimentación los absorbamos y eliminemos los de desecho.

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