A veces nos cuesta que algún niño, o adulto, coma la fruta necesaria y recomendada al día, por eso es ideal contar con ciertas recetas que se lo hagan más atractivo.
Esta receta nos ofrece un postre o merienda que, para mi gusto, da pena comérselo de lo bonito que queda.
Primero se prepara una infusión de menta con los 250 ml de agua y se le añade la miel, removiendo bien para que se disuelva.
Se deja enfriar y se pone el agar-agar en remojo en esta infusión.
Se extrae el zumo de 2 mandarinas, puede hacerse con un exprimidor normal. Se pueden hacer rodar por una superficie plana para ablandarlas y extraerles el zumo mejor.
Las otras 2 mandarinas se pelan, se les extraen las posibles pepitas y se cortan en láminas finas.
Después se pone la infusión con el agar-agar de nuevo a calentar, mientras se remueve con unas varillas para que se disuelvan completamente. Es mejor que no llegue a hervir.
Una vez disuelto, se retira del fuego y se añade el zumo de las mandarinas y los trocitos reservados. Se rellenan varios moldes de flan o tazas con la mezcla.
Una vez templado, se mete en el frigorífico para que solidifiquen. Se pueden adornar con hojas de menta.
Las mandarinas pueden sustituirse por otra fruta de temporada y la menta por hierba Luisa, romero, hibisco, etc.
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